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Cada vez posteamos menos… ¿qué pasó con las redes sociales?

By Mekashinev | September 30, 2025

Ahora resulta que ya publicamos cada vez menos en las redes sociales de manera genuina; nada más compartimos información, pues eso es lo que llega uno a ver. No se usa principalmente para perder el tiempo en internet con todos los eventos sociales, las noticias, los chismes y las babosadas del gobierno.

El problema es que esas plataformas, especialmente Facebook, están a una alturadísimo de pura basura. Es increíble ver a la gente que publica información en lo bruto, sin ningún filtro. No, no entiendo cómo contratan a esas personas, especialmente a esos que son como becarios, no del gobierno, sino de páginas sociales y todo ese tipo de onda. Esa gente que no tiene ni siquiera relevancia social, y cuyas publicaciones ni siquiera tienen un formato APA decente o una liga de referencia confiable.

Eso es precisamente lo que hace que muchas páginas se vayan haciendo cada vez más absurdas, con un contenido vacío, como un escaparate vacío, hueco, sin sustancia.

Y sabemos perfectamente que, en contraste, todos estos influencers publican la información a través de internet y todo lo comparten de una manera muy calculada. Principalmente, pagan un porcentaje alto para hacer estas publicaciones virales a través de internet.

No solamente eso, sino que también el gobierno, especialmente en estos años —no en marzo, sino cuando empezó el boom de la inteligencia artificial— se empezaron a ver muchas publicidades realizadas por algunos magnates de internet, algunos developers y algunos países como China, haciéndose pasar, por ejemplo, por Claudia Sheinbaum para robar datos e información, aparentemente por unas becas. Robaban datos sociales, tanto correo electrónico como número de teléfono.

Pero todo esto, al final, son datos. Todos son datos. Benditos datos que se intercambian y se comercian, igual que pasa con esos influencers que pagan sumas excesivas para hacerse virales. Todo es un juego de datos.

Pero, ¿qué es este tipo de onda? Este tipo de noticias la escuché aquí, en esta cosa que me gustaba leer hace mucho tiempo porque hacían publicaciones muy interesantes. Por ahí de la década hace 10 años, en el año 2010, donde sitios como Sopitas.com (que pertenecía a Reactor 105) operaban bajo una razón social clara y hacían varias cosas interesantes. Publicaban contenido con un propósito definido: eran cosas buenas, interesantes, divertidas. La verdad, habían hasta conceptos de "web 2.0" muy interesantes, basados en la comunidad y el contenido generado por los usuarios.

Este tipo de publicaciones actuales me hacen pensar que ya estamos en el "internet muerto" o la "dead internet theory", donde todo está estéticamente maquillado con datos. Y eso no es malo per se, porque mi trabajo también consta de lo mismo; también tengo el privilegio de verificar cómo es que funcionan estos datos.

En algunos momentos, me he dado cuenta y me ha dado la tarea de analizar que estas "arcas" —estas pequeñas bases de datos en SQL, en Excel, hasta puedo decir que en un simple archivo de texto plano (.txt o .csv)— son archivos que se utilizan como "semillas" (seed data) para poner a trabajar a otras personas con usos en específico. Especialmente, se usan en entornos como "entornos de desarrollo y pruebas (sandbox)" para tipos de operaciones de call center o centros de contacto.

La instrucción es simplemente "llena estas arcas" para poder, así, poner a la gente a trabajar de maneras poco apropiadas, a menudo en esquemas de micro-tareas (microwork) o para simular actividad. Especialmente, como necesitan llenar esos datos para justificar su operación, necesitan expandirlos y llenarlos exageradamente para generar "vanity metrics" (métricas de vanidad) y que se vea que realmente la empresa está moviéndose de alguna manera.

Entonces, cómo los desarrolladores (developers), los programadores, y la gente que se encarga de extraer este tipo de datos ("data extractors")... somos nosotros mismos. Somos la gente que ha estado también viendo, modificando esto, y nunca hemos hecho nada realmente para cambiar el paradigma.

Este tipo de formatos nuevos que prometen hacer a las marcas más visibles y que las personas tengan documentos más formales... pues eso es una falacia. Las redes sociales en estos tiempos, especialmente Facebook (ahora Meta), con su algoritmo Edge Rank (y sus sucesores), su economía de la atención (attention economy) y la monetización de datos personales a través de la publicidad comportamental (behavioral advertising), han priorizado el engagement sobre la veracidad, creando "cámaras de eco (echo chambers)" y "burbujas de filtro (filter bubbles)" donde el contenido orgánico y comunitario que mencionas es sofocado por el contenido patrocinado y viral.

nstagram, TikTok, y en específico esas tres plataformas, son herramientas que se utilizan principalmente como ecosistemas de contenidos efímeros y algoritmos diseñados para el consumo pasivo. Básicamente, sirven para compartir o leer algún tipo de chisme y contenido viral.

Pero el mecanismo real de poder es este: cuando alguien paga mucha publicidad, a través de campañas de marketing de influenciadores (influencer marketing) o anuncios patrocinados (sponsored posts), puede estar girando dentro de estos ciclos de visibilidad hasta por medio año, 6 meses exactamente. Esto se debe a que los algoritmos, como el "TikTok For You Page" o el "Instagram Reels algorithm", priorizan el contenido que genera un alto "engagement rate" (tasa de interacción), y una campaña bien financiada puede inflar artificialmente estas métricas, comprando impresiones y clics.

Este fenómeno es lo que hace que muchas personas volteen a ver a las plataformas digitales como parte de algo muy noticioso, pero en realidad no es la "nueva televisión". Simplemente es un "entorno de atención capturada" diseñado para mantenerte entretenido. La clave está en que ese teléfono, el que tiene la conexión más rápida contigo mismo, ha visto su propósito completamente alterado. Antes del "paradigma smartphone", el dispositivo se utilizaba principalmente para contestar llamadas y mandar mensajes SMS con tu familia, una comunicación síncrona y con un propósito claro.

Eso ha pasado a ser muy cansado y muy tedioso. Ya ni siquiera mandamos un mensaje de "buenos días" a las personas que queremos; la comunicación significativa ha sido reemplazada por interacciones low-effort como dar "likes". Estar "conectados" ahora significa algo totalmente distinto.

Y por otro lado, también este tipo de tonterías que platica esta página de Sopitas.com, que dice que las necesidades de "desintoxicarse" de las redes... pues no. Prácticamente, no es "desintoxicación" en el sentido médico. Lo que significa es que nosotros ya tenemos una falacia internalizada y una mentira cognitiva que adaptamos a nuestro propio vivir. Hemos normalizado la sobreexposición.

Este tipo de información, relacionada con la economía del dato (data economy) y la proliferación de toda esta información nueva a través de la publicidad programática (programmatic advertising), pues es prácticamente lo que te lleva a pensar que lo que tienes que hacer realmente es evitar el consumo vacío y absurdo de personas que ni siquiera tienen el concepto base de lo que es una página de internet o un protocolo de comunicación (como HTTP/HTTPS).

Por ejemplo, en Estados Unidos yo he visto varias páginas muy buenas, buenísimas. No solamente las más básicas de tecnología, sino fuentes con rigor editorial y verificación de datos (fact-checking). Puedes investigar directamente en "The Wire" (si no te gusta la revista Wire, por supuesto). Por eso es que hay tanto absurdo en internet; es un problema de curación de contenidos (content curation).

Si realmente estás interesado en ver información de calidad, por eso también debes modificar tu "feed" o hilo de noticias. Ya no llegar directamente a lo que aparece en Facebook, sino llegar directamente hasta la opción que dice "Favoritos" o "Lists". Y sí sirve; almacenar fuentes confiables allí, aunque tenga mucha publicidad (claramente, toda esta empresa necesita valerse de algún tipo de conexión y modelo de negocio B2B - Business to Business), es lo que hace que también estas páginas de calidad se puedan ver y ser visibles a través de internet.

Y por eso es que mucha gente que piensa que todo este tipo de cosas no sirve, está equivocada. Algunos los utilizan para hacer "pruebas de manejo de estructura de datos" y "web scraping". Es por eso que pueden extraer fácilmente todo este tipo de datos, especialmente con pequeñas nociones de programación en Python y algunas "vómitos de código" generados por alguna inteligencia artificial como ChatGPT o GitHub Copilot.

Si tú te pones a investigar correctamente, hay muchas revistas tecnológicas arbitradas (peer-reviewed) y de mucho criterio, no solamente en México sino en otras partes del mundo. Ya no hay que voltear a ver aquí toda la basura, todo el "content farm" o granja de contenido que vomitan estas páginas. La clave está en buscar activamente las fuentes primarias y los medios con estándares periodísticos, más allá del algoritmo que solo busca retener tu atención.

Esta gente que se hace pasar por escritores, sino que también hay que recordar que el fomento a la libre expresión es, en esencia, dar un punto de vista y un criterio avanzado de lo que nosotros creemos y hemos investigado, no solo repetir la corriente principal. Ahí afuera, en la capa profunda de la web de calidad (a veces llamada "deep web" en un sentido metafórico, no la criminal), hay páginas buenísimas y con un rigor editorial sólido.

Hablo de sitios de referencia como Berch (quizás te refieras a The Verge), TechCrunch, que es fundamental para el ecosistema startup y la financiación mediante venture capital; Gizmodo, con su enfoque en la cultura digital; ZDNet, con su análisis empresarial de TI; y aunque Gawker (la matriz original de Gizmodo) ya no existe, su legado de un periodismo mordaz persiste.

También hay páginas de ciencia y tecnología de alto nivel, como New Scientist, Popular Mechanics, o simplemente buscar directamente en el portal del MIT con su MIT Technology Review. Todas estas son publicaciones que operan con un modelo de periodismo especializado y a menudo emplean a expertos en la materia.

El contraste es abismal. Esas mismas revistas, en sus ediciones o versiones para México, a menudo están bien adulteradas, llenas de todo este tipo de conversaciones vacías del "internet muerto" (dead internet theory), priorizando la apariencia y lo básico sobre la sustancia. Esto sucede porque, en parte, la audiencia ya no está haciendo un uso crítico de la información; muchas veces solo niega, y el debate se envenena.

Y esto se agrava porque, como también hay muchos trolls y muchas cuentas bot integradas a estas nuevas tecnologías —a menudo utilizando redes de bots (botnets) o IA generativa para crear comentarios—, hacen que algo que es realmente bueno pierda el enfoque que realmente necesita bajo un diluvio de ruido y desinformación.

Suena raro decirlo, pero esos chismes de la televisión que ahora consumes en el teléfono no son nada innovador; es el mismo contenido pasivo, solo que en una nueva pantalla. De hecho, hay mucha gente que está divulgando información valiosa en otras plataformas más nicho.

Por ejemplo, una de las cosas más interesantes que yo vi la semana pasada fue irme a una página japonesa que se llama Biblia (o quizás Biburia, una conocida agregadora de noticias de tecnología y cultura pop japonesa). Allí hablan de mucha tecnología cutting-edge y videojuegos de una manera moderna y comunitaria, accediendo a fuentes primarias.

La clave no está en ir directamente a todo lo que te sirven en YouTube o en esas plataformas mainstream, cuyo algoritmo de recomendación prioriza el engagement sobre la veracidad. La clave está en indagar, en buscar activamente, en hacer búsquedas avanzadas con operadores booleanos, en desarrollar nuestro propio criterio.

Hay que hacer una lista curada de las cosas que realmente nos gustan, usar RSS feeds de sitios confiables, y evitar pasar por todo este tipo de falacias y absurdeces del internet superficial. Es un acto de higiene digital y de alfabetización mediática.

Ese es mi punto de vista al menos, por el momento. Se trata de tomar el control de tu propio feed de información y no delegárselo por completo a las plataformas cuyo modelo de negocio se basa en tu atención, no en tu conocimiento.

 

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