Para evitar que la inteligencia artificial se convierta en una amenaza digna de una película de ciencia ficción, la ONU ha lanzado un urgente llamado a la acción. Necesitamos que todos los países se unan para regular esta poderosa tecnología, que no puede dejarse al arbitrio del mercado, especialmente el estadounidense. Desde 2022, hemos visto surgir modelos de IA de vanguardia como ChatGPT y Watson, pero con un gran poder viene una gran responsabilidad. La preocupación central de la ONU es que la IA pueda tomar decisiones autónomas en sistemas armamentísticos, lo que podría desatar conflictos aún más peligrosos. En un mundo ya tenso, con rivalidades entre Estados Unidos, Rusia y Corea del Norte, el riesgo es real y creciente.
Además, la IA está ampliando las brechas de desigualdad global, dejando a 118 países, muchos del sur global, fuera de las conversaciones cruciales sobre su gobernanza. Solo siete países están a la vanguardia de iniciativas significativas en IA, lo que plantea un serio problema de representación.
La respuesta, de un grupo de 39 expertos ha elaborado siete recomendaciones para asegurar que la IA se use de manera segura y equitativa. Desde crear un grupo científico internacional hasta establecer una oficina de IA en la ONU, las propuestas buscan llevar a cabo un diálogo que priorice los derechos humanos y la colaboración.
El secretario general de la ONU, António Guterres, lo resumió claramente: la IA debe servir a la humanidad de manera justa. Sin un control adecuado, los peligros que presenta podrían amenazar la esencia misma de nuestras democracias. En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, no podemos permitir que la IA nos supere; es hora de actuar y asegurar que esté al servicio de todos, no solo de unos pocos.
Recomendaciones de la ONU para regular la IA
Los 39 expertos han propuesto siete recomendaciones para evitar que la IA "se nos salga de control":
- Crear un Grupo Científico Internacional sobre la IA.
- Fomentar más diálogo internacional centrado en los Derechos Humanos.
- Promover la colaboración público-privada.
- Establecer una red global para el desarrollo de IA.
- Crear un fondo mundial de IA.
- Establecer un marco mundial de datos de IA.
- Crear una oficina de IA dentro de la Secretaría de la ONU.
Se espera que las medidas propuestas sean discutidas este mes de septiembre para avanzar en la regulación de la IA, asegurando que siga siendo una herramienta al servicio de la humanidad. En un discurso del 14 de septiembre, el secretario general de la ONU, António Guterres, enfatizó: “La inteligencia artificial debe estar al servicio de la humanidad de forma equitativa y segura. Si no se controla, sus peligros podrían tener graves consecuencias para la democracia.
la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha hecho un llamado a todos los países para que se unan en la regulación de esta tecnología, que no debe estar sujeta únicamente a los caprichos del mercado, especialmente el estadounidense. Desde 2022, han emergido modelos avanzados de IA como:
- Watson de IBM
- ChatGPT de OpenAI
- Claude de Anthropic
- Copilot de Microsoft
- Gemini de Google
- Apple Intelligence de Apple
- MetaAI de Meta
- GROK de X
Una de las principales preocupaciones de la ONU es que los sistemas armamentísticos impulsados por IA tomen decisiones autónomas sin intervención humana, lo que podría intensificar los conflictos en un contexto de creciente carrera armamentista, especialmente entre países como Estados Unidos, Rusia, Ucrania y Corea del Norte, así como en situaciones recientes en Líbano.
La IA también está ampliando las brechas de desigualdad a nivel global, lo que ha llevado a la ONU a crear un órgano consultivo de 39 expertos para abordar el dilema de su control y regulación. Como advirtieron, “aunque existe un enorme potencial para el bien, si no se gobierna, los beneficios de la IA podrían limitarse a un puñado de Estados y empresas”.
Actualmente, solo siete países participan en importantes iniciativas de IA:
- Canadá
- Francia
- Alemania
- Italia
- Japón
- Reino Unido
- Estados Unidos
Mientras tanto, 118 países, en su mayoría del sur global, carecen de voz y voto en estas discusiones. Como señala el informe, “la equidad exige que más voces desempeñen papeles significativos en las decisiones sobre cómo gobernar la tecnología que nos afecta.
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